La mente cautiva nos juega trampas

La mente cautiva nos juega trampas, porque no estamos viviendo en la naturaleza de nuestra especie, en nuestro hábitat físico y por ende mental. Cualquier animal humano o no humano en cautiverio, es alterado psicológicamente, y hasta cierto punto con el tiempo lo es físicamente. Hemos desconocido nuestra esencia y ancestralmente como especie nos hemos obstinado en destruír nuestro hábitat y con esto nos detruímos nosotros mismos. Esto ha conllevado a estar viviendo alterados, fuera de la naturaleza misma de vida que nos mantiene latiendo y fluyendo. Fluír la sangre, latir el corazón. Respirando y sintiendo la vida más allá de todo lo impuesto. Siendo niños que buscan saber, sentir y conocer. Niños que no se creen historias de justificación y que razonan aquí y ahora en tiempo real, tiempo de vida.

Creer que nos gobiernan seres que nos afectan de una u otra forma, nos hace justificar nuestra propia falta de objetivos reales y tangibles que nos permitan ir más allá de lo que el ego ha hecho de nosotros, cuando nosotros somos responsables de lo que vivimos, absolutamente todo. Nos hemos construído a nosotros mismos. No es cuestión de mala suerte. Es cuestión de vivir en una lógica natural reencontrándonos con nosotros mismos.

Pejecita Amor
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