Los ojos del corazón son esos ojos que ciertamente son los ojos del sentimiento puro que va más allá de las emociones condicionadas en la mente que nos hacen confundirnos a cada momento y caer en la incongruencia de vida. Desde ahí la verdad parece ilusoria y no se manifiesta, porque desde el ego es imposible vislumbrar el verdadero objetivo que es paz. Para esto debemos ser humildes y la humildad representa la inocencia de la primera infancia. El conocimiento real es vencer las barreras del ego y encontrar la esencia de todas las cosas. La congruencia, el jamás permitirnos por un segundo confundirnos, porque al final podremos comprobar que todo lo que realmente Somos es Vida. Vida que no poseé formas, más que las que le da la conciencia a la creación misma de lo que parece ser, pero lo que realmente es, es ese amor que nos hace existir y que al manifestarlo en los demás que se han desconocido a sí mismos y han olvidado lo que es amar. Podemos sembrar esa vida, esa energía de amor que nos convierte en la herramienta divina de creación.
Dar Vida es el objetivo conciente de una mente evolucionada que se ama y ha encontrado la verdad de lo que es y por lo cuál existe.
Pejecta Amor
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