¡ZaZ!,
un fuerte golpe al ego... Ese ego que es egoísmo puro prueba de la
ignorancia de nosotros mismos. Creemos ser quien no somos y sin embargo
queremos culpar de todo a otros en lugar de tomar total responsabilidad
de nosotros mismos. Eso nos lleva a quejas constantes y una sensación de
inestabilidad, pero, ¿qué pasaría sí tomamos responsabilidad de nuestra
propia vida?, no tendríamos de qué hablar porque ya no nos quejaríamos de nosotros mismos con otros.
Tomar responsabilidad global como especie también es una realidad que debe tomar el hombre que vive culpando a otros de sus propios desaciertos. El ego colectivo va formando gobiernos, sistemas, sectas, religiones y la globalización del sistema mercantil convieriendo al planeta en un mercado planetario, más allá de cuidarlo en su naturaleza se termina viendo como una fuente de explotación y mercado.
Quizá ahí en la cultura de la responsabilidad propia y con la cual se alimenta al ego colectivo y afecta al micro y al macrocosmos. En esa cultura de vida, de responsabilidad y de tomar las riendas de la misión por la verdad, se encuentra el camino evolutivo de nuestra especie.
Uno de los grandes ejemplos es quien come carne. Se come carne porque así se nos fue enseñado, pero muchos no se atreven a pensar por sí mismos, a decidir en lo que la conciencia manifiesta les dice cuando ven un cadaver destazado en su plato. Es obvio que alguien murió por nosotros y no es precisamente Cristo, sino lo contrario a él, porque sí se habla que Cristo es la vida, la muerte es lo contrario a lo que muchos adoran. Adorar la muerte es seguir los condicionamientos destructivos y autodestructivos de una mente que no piensa, porque pensar implica investigar, observar, experimentar y deducir. No solamente seguir lo condicionado. Sí un ser toma conciencia de que no es su organismo carnívoro, tampoco omnívoro, y mucho menos carroñero, verá como el olor a sangre y cadáver no es algo que le agrade. Muestra de ello es que la naturaleza frugívora se muestra por sí sola, cuando una fruta no necesita ser condimentada para comerse y que sepa rico. Esta es sólo una muestra de que estamos defendiendo y justificando seguir iguales cuando defendemos un bistek o una costumbre que destruye a un ser inocente, que es semejante a nosotros. Que tiene sangre en sus venas, órganos semejantes a los nuestros y todavía creemos que pensamos cuando intentamos justificar este tipo de actos demasiado crueles y sanguinarios que nos convierten en la degradación de nuestra especie que creemos evolucionada, pero que en realidad sí pensamos, de nada importa, porque no utilizamos el pensamiento fluyendo con la vida, sino justificando todo aquello que nos aleja de la verdad de la vida, que es un conocimiento infinito. Estamos siendo animales en cautiverio, que están alterados y no pueden sentirse a sí mismos y vivir en base a su instinto y a lo que se siente, sino en base a condicionamientos programados como robots que no viven, solamente existen para satisfacer un ego que no es y que es una ilusión de la mente que no le permite conocerse y conocer la verdad de vida por la que es y ello lleva a la confusión en todo aspecto.
La mente del hombre actual trabaja en respuesta a los condicionamientos mentales impuestos, heredados y a las emociones de la desadaptación a un medio que no es nuestra naturaleza. Nuestro interior sabe que no estamos viviendo naturalmente y el ego se manifiesta como respuesta inmédiata al cautiverio para autoengañarse y justificar la forma de vida actual.
La conciencia de vida es solamente esa naturaleza manifiesta cuando nos muestra que algo no es congruente e intentamos justificarlo con argumentos de lo que "alguien más dice".
Pensar verdaderamente es una verdad que libera...
Es la culpa de... ¡No!, es responsabilidad de...
Pejecita Amor
www.facebook.com/ PejecitaAmor
Tomar responsabilidad global como especie también es una realidad que debe tomar el hombre que vive culpando a otros de sus propios desaciertos. El ego colectivo va formando gobiernos, sistemas, sectas, religiones y la globalización del sistema mercantil convieriendo al planeta en un mercado planetario, más allá de cuidarlo en su naturaleza se termina viendo como una fuente de explotación y mercado.
Quizá ahí en la cultura de la responsabilidad propia y con la cual se alimenta al ego colectivo y afecta al micro y al macrocosmos. En esa cultura de vida, de responsabilidad y de tomar las riendas de la misión por la verdad, se encuentra el camino evolutivo de nuestra especie.
Uno de los grandes ejemplos es quien come carne. Se come carne porque así se nos fue enseñado, pero muchos no se atreven a pensar por sí mismos, a decidir en lo que la conciencia manifiesta les dice cuando ven un cadaver destazado en su plato. Es obvio que alguien murió por nosotros y no es precisamente Cristo, sino lo contrario a él, porque sí se habla que Cristo es la vida, la muerte es lo contrario a lo que muchos adoran. Adorar la muerte es seguir los condicionamientos destructivos y autodestructivos de una mente que no piensa, porque pensar implica investigar, observar, experimentar y deducir. No solamente seguir lo condicionado. Sí un ser toma conciencia de que no es su organismo carnívoro, tampoco omnívoro, y mucho menos carroñero, verá como el olor a sangre y cadáver no es algo que le agrade. Muestra de ello es que la naturaleza frugívora se muestra por sí sola, cuando una fruta no necesita ser condimentada para comerse y que sepa rico. Esta es sólo una muestra de que estamos defendiendo y justificando seguir iguales cuando defendemos un bistek o una costumbre que destruye a un ser inocente, que es semejante a nosotros. Que tiene sangre en sus venas, órganos semejantes a los nuestros y todavía creemos que pensamos cuando intentamos justificar este tipo de actos demasiado crueles y sanguinarios que nos convierten en la degradación de nuestra especie que creemos evolucionada, pero que en realidad sí pensamos, de nada importa, porque no utilizamos el pensamiento fluyendo con la vida, sino justificando todo aquello que nos aleja de la verdad de la vida, que es un conocimiento infinito. Estamos siendo animales en cautiverio, que están alterados y no pueden sentirse a sí mismos y vivir en base a su instinto y a lo que se siente, sino en base a condicionamientos programados como robots que no viven, solamente existen para satisfacer un ego que no es y que es una ilusión de la mente que no le permite conocerse y conocer la verdad de vida por la que es y ello lleva a la confusión en todo aspecto.
La mente del hombre actual trabaja en respuesta a los condicionamientos mentales impuestos, heredados y a las emociones de la desadaptación a un medio que no es nuestra naturaleza. Nuestro interior sabe que no estamos viviendo naturalmente y el ego se manifiesta como respuesta inmédiata al cautiverio para autoengañarse y justificar la forma de vida actual.
La conciencia de vida es solamente esa naturaleza manifiesta cuando nos muestra que algo no es congruente e intentamos justificarlo con argumentos de lo que "alguien más dice".
Pensar verdaderamente es una verdad que libera...
Es la culpa de... ¡No!, es responsabilidad de...
Pejecita Amor
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