El respeto a la vida es un instinto propio de nuestra especie, que no es biológicamente carnívora

Vivir en verdad es completa y absolutamente dejar las justificaciones de lo que la conciencia manifiesta nos dicta. Muchos dirán que la ciencia dice...Pero, ¿quién es la ciencia?, quien controla el mercantilismo, lo que se acepta y no se acepta con los líneamientos mercantiles que abren paso a la ignorancia de vida que destruye lo que es semejante y que eso mismo nos ha condenado al desconocimiento de lo que verdaderamente somos como especie, como seres pensantes, como mente, como vida.

El respeto a la vida es un instinto propio de nuestra especie, que no es biológicamente carnívora. Tampoco necesita secreciones de otras especies, ni destruír la naturaleza. La vida es un organismo perfecto (Dios) que crea las formas de vida en los entornos que les proporcionan lo que necesitan para vivir como es el aire, el agua y el alimento. El hábitat es la fuente que da vida (energía) a los organismos de vida. Por ello el conocimiento de vida empieza descubriendo la naturaleza de lo que es y se expande cuando podemos claramente discernir la magnitud de lo que representa vivir más allá de los contextos enseñados en los sistemas actuales donde el hombre vive preso de su propia mente, porque es una especie animal que se ha olvidado de su naturaleza y está alterada existiendo en cautiverio.

Pejecita Amor
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