El ego repele el amor y lo crea a imagen y semejanza de lo que le han impuesto para depender, más no para ser, porque el ego repele e intenta justificar todo lo que conecta con la vida, ya que sí se conecta con la vida, el ego muere como consecuencia inexorable.
El ego existe porque el hombre se mantiene en cautiverio físico y mental. La vida reconecta a la esencia natural que permite la expansión y la evolución interior.
La mayor parte de las personas (muy lamentablemente por vivir en cautiverio), repelen lo hermoso de la vida; así sea una bella amistad, alguien que les ayuda, un tratamiento para su salud fuera de lo establecido, un trabajo que les permita vivir en paz, etc... La autodestrucción es el programa justo para aquel ser que olvido estar alerta (consciente) y amarse, porque desconfía de todo lo que le puede dar vida, más se atiborra de licor, carne, drogas legales e ilegales, azúcar, estrés, paranoias, problemas y todo lo que destruye su cuerpo. Se sienten agredidos cuando se les da amor ó se les brinda una alternativa para cambiar sus hábitos o un tratamiento que rompe con lo que le dijeron los que ellos creen que saben, cuando no son conscientes de que nada en su vida llega por casualidad, y cuando algo hermoso llega a su vida es porque les llega lo que tanto pidieron en sus oraciones, pero no son capaces muchas veces de ver con los ojos de la verdad aquello que le va a dar una esperanza a su existencia.
El hombre ha perdido la fe. Fe que no es una fe ciega a un ídolo, a algo mágico, sino fe en sí mismo que le permite conducirse con seguridad y con la tranquilidad de saber que pase lo que pase, todo, absolutamente todo estará bien. Todo estará bien para aquel ser que se basa en su intuición y va tomando lo que la vida le va permitiendo conocer, sin excluír lo que le va a llevar al crecimiento, al bienestar y a la felicidad.
Pejecita Amor
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