La evolución y el crecimiento humano no dependen de la destrucción de su hábitat sino del verdadero amor que se le tiene a éste, porque en él nos hemos formado en este plano existencial siendo vida. Amar el aire, bendecirlo es no contaminarlo. Amar el agua que nos da vida también es poder cuidarla y no contaminarla. Así como todo lo que nos da verdaderamente la vida. Amar la vida, ser espiritual es encontrar la real congruencia de todo lo que es congruente en nuestra biología y mente que procesa lo que es cuando somos ConCiencia. Y dejar de seguir buscando respuestas en ideas ajenas. Es encontrar la verdad que nos libera del ego y sus consecuencias.
Pejecita Amor
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