miércoles, 21 de octubre de 2015

Pensar es vida.

Pensar es vida. Pensar es hacerlo desde lo congruente, lo que vibra, lo que vive y lo que es, más no en el vacío y la confusión del ego.

Pensar no es repetir conceptos, sino discernir claramente sin obsesiones, haciéndolo en los tiempos reales, fluyendo. Surgen nuevas ideas, nuevas maneras de entendimiento, sin forzar, sin ego, sin limitación. Porque pensar es un conocimiento de vida, y lo que el hombre ha olvidado ha sido a Ser Vida, y por ende a encontrar en sí mismo el conocimiento vivo que ninguna idea, ningún libro, nada externo le dará ese conocimiento si no fluye de sí, y cuando lo hace viene el libro exacto, no para que "presuma" lo que mucho que lee a través del ego, sino para ampliar el conocimiento en la unificación de un todo coherente. Te llega el mensaje exacto de otros; puede ser de un libro, de cualquier persona, de cualqueir ser. La conciencia es simplemente la capacidad de estar atentos a esos conocimientos a partir de abrirnos al conocimiento interno. Conciencia no es echarle la culpa a otros de las responsabilidades directas e indirectas, sino encontrar la respuesta que nos encamine hacía nosotros mismos, hacía la libertad en la que somos libres al encontrar la verdad de vida.

Pensar no es rellenarse de conocimientos, tampoco es mantener la mente en un caos de "pensamientos" de fantasmas mentales, sino es simplemente discernir claramente, llevar cada pensamiento a la congruencia en paz, con libertad, sin miedo a pensar más allá de lo que nos hicieron pensar. Porque hoy muchos temen a pensar y que esto sea pecado. Que el simple hecho de pensar realmente los hace malos cuando no piensan lo que les dijeron que pensaran para salvarse o para que les vaya bien en algún aspecto basados en supersticiones o en idealizaciones de que otros saben más o son más capaces. Hay muchas cárceles internas en las que nos mantiene presos el ego, pero la principal es cuando nos desconocemos, tememos nuestros pensamientos renegando de nosotros mismos, desconociéndonos, y así no es posible reconocer la vida en su naturaleza que fluye perfecta y nos mantiene serenos, en paz, en un estado de vigilia consciente en el que podemos realmente sentir que sentimos, pensar que pensamos y Ser Vida.

Pejecita Amor
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