domingo, 17 de enero de 2016

La mayor parte de las personas se reproducen porque todos lo hacen; porque les fallan las cuentas en una sexualidad irresponsable o porque simplemente quieren por capricho del ego tener un juguete para entretenerse

¿Por qué tener hijos?

¿Por qué debemos reproducirnos?

La mayor parte de las personas se reproducen porque todos lo hacen; porque les fallan las cuentas en una sexualidad irresponsable o porque simplemente quieren por capricho del ego tener un juguete para entretenerse. Parece que esto fuese solamente una conjetura, pero es real. Una persona realmente consciente del entorno actual de nuestra civilización sabe que no es apto para niños, ni siquiera ya pueden jugar libres, crecer sanos, hay sobrepoblación y encima hay millones de niños solos en el mundo y necesitados de mucho amor. Ante todas estas razones debemos agregarle que un niño contamina muchísimo el planeta a lo largo de su vida y que una persona que razona verdaderamente, que piensa y quiere realmente dar vida, la da, no la quita, puesto que pareciera en este cruel mundo que traer un pequeño al mundo no es dar vida, es dar muerte, porque no es una civilización sana, estamos en cautiverio. Somos mamíferos que no coexistimos en equilibrio con la naturaleza de la vida, nos hemos desarrollado como el cáncer o como los virus, destruyendo a su paso, reproduciéndose indiscriminadamente y presas del ego desconociéndose a sí mismos. Por esta razón piensa si es más importante lo que tú creas de algo a lo que realmente es.

Quienes ya tengan pequeños, educarlos en ambientes sanos, hacer que los sistemas educativos cambien, tratar de fomentar el respeto y la comunicación en todas y cada una de las relaciones humanas. Darles un ejemplo de vida, de unidad de congruencia y dejar que ellos nos enseñen a regresar a nosotros mismos, porque ellos ya están aquí y son nuestros Maestros.

Piensa antes de actuar por impulso emocional y decide amar, primero al amarte y después amando el todo, porque el todo nos da aire, agua y comida. Todos dependemos unos de otros en equilibrio natural, y al romper con ese equilibrio hemos imperfeccionado lo perfecto.

Vuelve a pensar más allá de lo impuesto y no importa quien lo diga, basta con que tú lo observes en tu día a día. Las cosas son obviasy sencillas.

Pejecita Amor
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