El hombre no solamente ha alterado su naturaleza, sino que ésta ha afectado la naturaleza de todo el planeta, y eso aún no puede entenderlo el hombre que vive en cautiverio mental justificando y autoengañado, creyendo en una magia de papel cuando tiene el poder de cambiarlo todo y evolucionar de formas hasta hoy desconocidas para esta civilización en donde cree que todo lo que verdaderamente es y construye tiene que destruír a otro.
Una mente que funciona censurando el cuerpo humano y sus reacciones sexuales como también se programa para reaccionar con emociones destructivas que limitan su capacidad de respuesta. Ante una agresión, otra agresión y esa cadena no se hace cortar hasta que un ser se detenga y piense en el por qué de la agresión, y ahí detectando la cauisa verdadera de la violencia pueda erradicarla con amor, con amor que es y que es su máximo poder, no amor de idealizar, sino amor que fluye en la conciencia de lo que realmente es sin tomar personal una agresión y entender el daño que tiene ese ser violento que agrede, que ha sido un niño lastimado y programado en ese dolor para olvidar que en sí mismo tiene la fuerza para superar cualquier adversidad y darse a sí mismo la capacidad de pensar y de reaccionar distinto rompiendo con cada esquema que no le permite ver objetivamente la realidad, y así cambiar la realidad de este mundo cuando se toma un tiempo para volver a pensar y dejar que las emociones lo controlen.
Pejecita Amor
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