domingo, 24 de enero de 2016

Pensar, discernir, sentir, vivir, respirar, ser, reír, amar, es lo que el hombre en cautiverio ha olvidado por seguir los condicionamientos de la obediencia de las emociones enfermas que le han provocado alejarse y olvidarse de si mismo

Pensar, discernir, sentir, vivir, respirar, ser, reír, amar, es lo que el hombre en cautiverio ha olvidado por seguir los condicionamientos de la obediencia de las emociones enfermas que le han provocado alejarse y olvidarse de si mismo. Un ser nace siendo naturaleza y el hombre al dejar de ser niño, deja atrás su naturaleza inocente e ingenua de seguir descubriendo y creciendo en si mismo su descubrimiento del exterior, porque se desconecta de sí mismo y obedece lo impuesto porque teme al castigo queriendo ser amado, porque un día se le olvidó que él mismo era amor y también se le olvidó lo que es realmente amar, y hoy confunde amar con necesitar y así no se puede reconocer en la verdad de vida por lo que es y existe, aunada a todas las verdades de vida que a todos y cada uno de los seres que crecen y que son vida, siendo vida evolucionan y se transforman en seres que dejando atrás las sombras de su pasado, pueden hoy abrir los ojos por dentro de si mismos a la verdad y renacer en su interior, volviendo a ser aquellos niños que son una especie de vida y que siéndolo, desde ahí descubren el verdadero pensar y el verdadero sentimiento que conecta con la inmensidad de vida, desde ahora hasta el infinito.


Pejecita Amor

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