Observa
bien tu mente y cada reflejo que emites de ti mismo, porque ahí puede
encontrarse la manera en la que está trabajando tu lógica.
No creas lo que dijeron que es, jamás.
No creas en lo que tu piensas de lo que crees que es. Anímate a romper esquemas y conocer las cosas de fondo dejándolas de ver simplemente de forma. No tengas miedo, conquista la verdad en ti.
Nunca te olvides de ti, de que naciste siendo un niño felíz. Esa es tu naturaleza, recupérala. Vuelve a recordar lo hermoso ser que eres cuando sientes, vives y disfrutas los tiempos y espacios de vida, aquí y ahora.
Nunca culpes a nadie de lo que te pasa, porque nadie puede afectarte o dañarte realmente. Toma responsabilidad entera de tu vida.
No uses a los demás para estar mal. Si perdiste a un ser querido, es una falta de respeto usar su ausencia para la autodestrucción.
Observa como lo que te pasa no es casualidad, tiene un fin que sicroniza con lo que viene.
No te autoengañes creyendo lo que no es. Sé realista, pero toma conciencia que tú tienes la capacidad para alimentar con amor y vida aquello que te atormenta y hacer que esa experiencia sea la mejor de tu vida, así sea la más dura.
No justifiques lo injustificable. Dañar a otros no es justificable.
Recuerda que tú no eres el ego. Tú eres paz, armonía, instante y Vida.
ÁMATE, que tú eres tú y tus semejantes, así como eres Dios, porque eres Vida en igualdad con el todo.
Jamás te sientas más que otros, porque ahí está la fuente de la más grande de las desgracias, la soberbia que limita el crecimiento de Vida.
Acepta tus errores y riéte de ellos. Acepta tu responsabilidad, jamás te justifiques.
Nunca juzgues a otros de ignorantes, cuando ni siquiera conoces si esos seres saben lo que tú no sabes, al final el ignorante termina siendo el que juzga.
No des una verdad por hecha cuando es subjetiva y no es congruente entre lo que sientes, piensas, dices, haces y eres.
Desplaza todo pènsamiento negativo de tu mente. Cuando esto sucede solamente hay paz.
Abre los ojos a la vida. Vívela, te está esperando. Deja a un lado la compu, el cel, la tableta y ve a respirar la Vida.
No creas lo que dijeron que es, jamás.
No creas en lo que tu piensas de lo que crees que es. Anímate a romper esquemas y conocer las cosas de fondo dejándolas de ver simplemente de forma. No tengas miedo, conquista la verdad en ti.
Nunca te olvides de ti, de que naciste siendo un niño felíz. Esa es tu naturaleza, recupérala. Vuelve a recordar lo hermoso ser que eres cuando sientes, vives y disfrutas los tiempos y espacios de vida, aquí y ahora.
Nunca culpes a nadie de lo que te pasa, porque nadie puede afectarte o dañarte realmente. Toma responsabilidad entera de tu vida.
No uses a los demás para estar mal. Si perdiste a un ser querido, es una falta de respeto usar su ausencia para la autodestrucción.
Observa como lo que te pasa no es casualidad, tiene un fin que sicroniza con lo que viene.
No te autoengañes creyendo lo que no es. Sé realista, pero toma conciencia que tú tienes la capacidad para alimentar con amor y vida aquello que te atormenta y hacer que esa experiencia sea la mejor de tu vida, así sea la más dura.
No justifiques lo injustificable. Dañar a otros no es justificable.
Recuerda que tú no eres el ego. Tú eres paz, armonía, instante y Vida.
ÁMATE, que tú eres tú y tus semejantes, así como eres Dios, porque eres Vida en igualdad con el todo.
Jamás te sientas más que otros, porque ahí está la fuente de la más grande de las desgracias, la soberbia que limita el crecimiento de Vida.
Acepta tus errores y riéte de ellos. Acepta tu responsabilidad, jamás te justifiques.
Nunca juzgues a otros de ignorantes, cuando ni siquiera conoces si esos seres saben lo que tú no sabes, al final el ignorante termina siendo el que juzga.
No des una verdad por hecha cuando es subjetiva y no es congruente entre lo que sientes, piensas, dices, haces y eres.
Desplaza todo pènsamiento negativo de tu mente. Cuando esto sucede solamente hay paz.
Abre los ojos a la vida. Vívela, te está esperando. Deja a un lado la compu, el cel, la tableta y ve a respirar la Vida.
Pejecita Amor
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