Somos
animales que no sabemos que somos animales. Desconocemos lo más
fundamental y justificamos lo obvio a fin de buscarle argumentos a lo
que nos dijeron que es, sin tener una congruencia de lo que realmente
es. Vivimos presos en nuestra mente que nos limita en las emociones y la
inmadurez de la inconsciencia de lo que es el verdadero pensar ajustado
a la realidad del tiempo y la naturaleza de la
vida. Actuamos autómatas, pensamos repitiendo ideas, conceptos, letras,
lenguaje limitado y difuso de lo que representa la verdad de la
comunicación. Todo esto resultado de vivir fuera de nuestra naturaleza
donde se encuentra la verdad de la vida. Lo demás es el resultado de
esos actos que preceden al pensamiento. Si no podemos realmente pensar,
tampoco podemos realmente vivir ni ajustarnos a la vida en sus tiempos y
momentos que fluyen naturalmente.
Pejecita Amor
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