La
conciencia nos permite entender que quienes creemos que no tienen
conciencia, tienen una conciencia distinta que aporta una energía
semejante a la que nosotros desarrollamos, pero no es más o menos. Es la
energía de la vida en manifiesto, misma que hoy desconocemos y de la
que nos alejamos al vivir presas del cautiverio mental.
Cuando salimos de las limitaciones del ego, descubrimos un mundo muy amplio, perfecto e inmensamente sabio que nos permite evolucionar ampliando nuestra percepción mental.
El respeto a la vida es respeto a nosotros mismos, porque la misma
energía que crea la vida en nuestro interior es la misma que crea a las
demás formas de vida, y esto clarifica nuestras búsquedas interiores y
nos conecta a la verdad de vida. Aquella que nos libera en la total
igualdad y la pureza del ser que es una energía inmensa que es la
verdadera esencia de lo que es el amor.
Pejecita Amor

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