Un
día pude despertar y ver la luz, ahí fue cuando me dí cuenta que las
cosas no son como me dijeron que son. Ahí en ese instante ví el mundo
real, alejado de lo que parece ser el mundo que me venden las ideas y
las creaciones colectivas creadas con la manipulación del sistema que
nos dice que el mundo como es, es evolución, es real, que así es la
vida, que el sistema mercantil es bueno, es avanzar.
Me dí cuenta que sólo en la naturaleza está la fuente de la evolución
interior y ser parte de la naturaleza conlleva como especie de alguien
que se dice humano, volver a ser únicamente VIDA, dejando atrás
cualquier forma de destrucción que la conciencia misma nos dicta. Ahí
percibí que ser un animal es el halago más bello y hermoso. Ser un
animal es volver a ser VIDA.
Pejecita Amor
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