Un ser que se ama y que se reconoce como vida, sabe que la verdad lo libera

Un ser que se ama y que se reconoce como vida, sabe que la verdad lo libera y lo hace responsable, total y absolutamente responsable de su existencia, y así, no espera su salvación ni pone su esperanza en otros seres a los que les ofrece su energía pasivamente, porque utiliza su energía para crecer y contribuír al crecimiento de otros. La energía que le da fuerza, lo fortifica para evolucionar, madurar, crecer y conocer la vida, desde lo más profundo de la mente, más allá de todas y cada una de las emociones impuestas, y que así, sútil y naturalmente al ser vida puede encontrar la verdad por la que existe en la verdad de lo que es en su totalidad la vida.

Cuendo un ser que se reencuentra con su naturaleza de ser, ama, encuentra la conexión y la convergencia exacta para difundir y extender su energía a otros a través del amor, que es la energía que fluye de sí. De ese ser que encontró la armonía de la vida en lo más sencillo, volviendo a ser un pequeño y hermoso niño hijo del Ser.

Pejecita Amor
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